¿Qué es el consumo responsable?
Algunos de los puntos a tener en
cuenta en el consumo responsable son:
·
Considerar el
impacto ambiental desde el punto de vista del ciclo de vida del producto a
comprar, valorando los procesos de producción, transporte, distribución,
consumo y residuos que deja el producto.
·
Determinar la huella ecológica que determinado
estilo de vida y consumismo producen.
·
Determinar qué
empresas, productos y servicios, respetan el medio ambiente y los derechos
humanos para preferirlos frente a otros que no cumplan con los citados
requisitos.
·
Plantear el tipo
de comercio que se desea favorecer.
·
Asegurar la
calidad de lo comprado El consumo responsable es un concepto defendido por
organizaciones ecológicas, sociales y políticas que consideran que los seres
humanos harían bien en cambiar sus hábitos de consumo ajustándolos a sus
necesidades reales y optando en el mercado por opciones que favorezcan la
conservación del medio ambiente y la igualdad social.
¿Cuál es el objetivo en este caso?
Garantizar modalidades de consumo y producción
sostenibles.
¿Por qué?
En los próximos años, se espera que más
personas se sumen a la clase media en todo el mundo. Esto es bueno para la
prosperidad individual, pero aumentará la demanda de recursos naturales, ya
limitados. Si no actuamos para cambiar nuestras modalidades de consumo y
producción, vamos a causar daños irreversibles al medio ambiente.
¿Cuáles son las modalidades actuales de
consumo y producción que deben cambiar?
Hay muchos aspectos del consumo que, con
sencillos cambios, pueden tener un gran impacto en el conjunto de la sociedad.
Por ejemplo, cada año, alrededor de un tercio de todos los alimentos producidos
—el equivalente a 1.300 millones de toneladas, por un valor aproximado de 1 billón
de dólares— termina pudriéndose en los cubos de basura de los consumidores y
los minoristas, o deteriorándose a causa de las deficientes prácticas de
recolección y transporte, algo que las empresas deben solucionar.
En lo que respecta a los consumidores, los hogares consumen el 29% de la energía mundial y contribuyen al 21% de las emisiones de CO2 resultantes. Sin embargo, si toda la población mundial pasara a utilizar bombillas de alto rendimiento energético, ahorraríamos 120.000 millones de dólares al año. La contaminación de las aguas es también una cuestión apremiante que exige una solución sostenible. Estamos contaminando el agua más rápidamente de lo que la naturaleza puede reciclar y purificar en los ríos y los lagos.
En lo que respecta a los consumidores, los hogares consumen el 29% de la energía mundial y contribuyen al 21% de las emisiones de CO2 resultantes. Sin embargo, si toda la población mundial pasara a utilizar bombillas de alto rendimiento energético, ahorraríamos 120.000 millones de dólares al año. La contaminación de las aguas es también una cuestión apremiante que exige una solución sostenible. Estamos contaminando el agua más rápidamente de lo que la naturaleza puede reciclar y purificar en los ríos y los lagos.
¿Cómo pueden ayudar las empresas?
Encontrar nuevas soluciones que ofrezcan
modalidades de consumo y producción sostenibles redunda en interés de las
empresas. Es preciso comprender mejor los efectos ambientales y sociales de los
productos y servicios, tanto de los ciclos de vida de los productos como de la
forma en que estos se ven afectados por su utilización en los estilos de vida.
La identificación en la cadena de valor de los “puntos críticos” donde las
intervenciones tienen mayor potencial para mejorar los efectos ambientales y sociales
del sistema en su conjunto es un primer paso fundamental. Las empresas pueden
también utilizar su poder innovador para diseñar soluciones que puedan inspirar
y motivar a las personas a llevar estilos de vida más sostenibles, reduciendo
los efectos y aumentando el bienestar.
¿Cómo puedo ayudar como consumidor?
Existen dos formas principales de
ayudar: 1. Reducir los desechos; 2.
Actuar de forma reflexiva a la hora de comprar y optar por una opción
sostenible siempre que sea posible. Reducir los desechos que generamos puede
hacerse de muchas maneras, desde asegurarnos de no tirar alimentos hasta
reducir el consumo de plástico, que es uno de los principales contaminantes del
océano. Llevar una bolsa reutilizable, negarse a utilizar pajas de plástico y
reciclar las botellas de plástico son algunas de las formas de contribuir cada
día. Tomar decisiones informadas a la hora de comprar también ayuda. Por
ejemplo, la industria textil es hoy el segundo mayor contaminador de agua
potable después de la agricultura, y muchas empresas de moda explotan a los
trabajadores textiles en los países en desarrollo. Si hacemos nuestras compras
a proveedores locales y sostenibles, podemos marcar la diferencia y ejercer
presión sobre las empresas para que adopten prácticas sostenibles.
Consejos para un uso responsable:
·
Antes de comprar algo, reflexiona
detenidamente si realmente se necesita comprarlo o si sólo te estás guiando por
la publicidad.
·
Si te decides a comprar algo, averigua
de qué materia prima se fabrica, de qué manera su proceso de manufacturación
impacta al medio ambiente y si genera algún daño o injusticia social.
·
También considera qué impacto al medio
ambiente y al entorno social tiene el uso de lo que piensas comprar.
·
Cada vez que compres algo, debes
considerar también el impacto causado por los residuos y la basura que genera.
·
Evita los productos de "usar y
tirar", si no son estrictamente necesarios.
·
Rechaza las bolsas de plástico que dan en
supermercados y comercios. Si puedes,
al hacer la compra, lleva tus propias bolsas de tela, de papel, de cartón o,
incluso, las de plástico usadas anteriormente hasta que sean inservibles.
·
Compra el contenido y no el envase.
Muchas veces se paga más por todo lo que implica la fabricación y la
eliminación de los envoltorios, que se tiran directamente a la basura, que por
el contenido.
·
Recicla antes que comprar, muchas de
las cosas que están para tirar pueden volver a utilizarse de otras maneras y
formas ¡¡usa tu imaginación!!
·
Evita las latas y los productos muy
envasados. Las fiambreras y los tarros de cristal son una forma más ecológica
que guardar los alimentos en plástico y aluminio.
·
Dar prioridad a productos con envases
retornables o reutilizables.
·
Si utilizas artículos desechables, que
sean de materiales biodegradables o, en todo caso, reciclables. Por ejemplo
platos, vasos, cubiertos, bolsas, bolígrafos desechables de materiales como bioplásticos en lugar de plásticos.
Regla de las
3r:
Cuando hablamos de reducir lo que estamos diciendo es que
se debe tratar de reducir o simplificar el consumo de los productos directos, o
sea, todo aquello que se compra y se consume, ya que esto tiene una relación
directa con los desperdicios, a la vez que también la tiene con nuestro
bolsillo. Por ejemplo, en vez de comprar 6 botellas pequeñas de una bebida, se
puede conseguir una o dos grandes, teniendo el mismo producto pero menos
envases sobre los que preocuparse.
Al decir reutilizar, nos estamos refiriendo a poder volver a
utilizar las cosas y darles la mayor utilidad posible antes
de que llegue la hora de deshacernos de ellas, dado que al disminuir el volumen
de la basura.Esta tarea suele ser la que menos atención recibe y es una de las
mas importantes, que también ayuda mucho la economía en casa.
La ultima de las tareas es la de reciclar, que consiste en el
proceso de someter los materiales a un proceso en el cual se puedan volver a
utilizar, reduciendo de forma verdaderamente significativa la utilización de
nuevos materiales, y con ello, mas basura en un futuro.Las sociedades del mundo
siempre han producido residuos, pero es ahora, en la sociedad de consumo,
cuando el volumen de las basuras ha crecido de forma desorbitada. Además se ha
incrementado su toxicidad hasta convertirse en un gravísimo problema. Estamos
inmersos en la cultura del usar y tirar, y en la basura de cada día están los recursos
que dentro de poco echaremos en falta.
Cada ciudadano genera por término medio 1kg. de basura al día, lo que da
365 kg. por persona al año, y a su vez 40.150.000.000 kg. al año en México.
Esta basura doméstica va a parar a vertederos, barrancas, a la calle y a veces
a incineradoras.Buena parte de esa basura, el 60% del volumen, lo constituyen
envases y embalajes, en su mayoría de un solo uso, normalmente fabricados a
partir de materias primas no renovables, o que aun siendo renovables se están
explotando a un ritmo superior al de su regeneración (p. Ej. La madera para la
fabricación de celulosa), y difícilmente reciclables una vez se han utilizado.A
lo anterior tenemos que añadir que en el hogar también se producen residuos
derivados de pinturas, disolventes, insecticidas, productos de limpieza. Toda
esta basura puede ser llevada a vertederos, pero ocupa mucho terreno y
contamina suelos y aguas. Incinerarla tampoco es la solución, pues se emiten
contaminantes atmosféricos y se producen cenizas y escorias muy tóxicas. Se
trata, en definitiva, de que pongamos en práctica la consigna de las tres
erres, Reducir, Reutilizar y Reciclar, en este orden de importancia.
Consejos para
usar la regla de las 3r: reducir, reutilizar y reciclar
Reducir
Disminuir la cantidad
de recursos que utilizamos por medio de otros hábitos y/o técnicas; por ejemplo
no pedir bolsas en los supermercados a menos que sea necesario, reducir el
consumo de papel etc.
Reutilizar
La mayoría de los
materiales que usamos día a día pueden ser reutilizados de alguna manera:
imprimir el papel por los dos lados, reutilizar la madera de tarimas, donar
libros, aparatos eléctricos etc.
Reciclaje
Debe de ser la última
opción si es que las otras dos R no
funcionaron o en su defecto, el reciclaje es
inevitable. El reciclaje es una manera de aprovechar los materiales, sin
embargo hay que recordar que al reciclar se gasta energía y se contamina al
reprocesar. La mayoría de todos los materiales que usamos pueden ser reciclados
y usados en otras aplicaciones; materiales como el vidrio, pueden reciclarse 40
veces por ejemplo. Es nuestro compromiso reciclar lo mayor posible y disminuir
la producción de basura.
No pensamos cuando compramos fruta que viene de otras partes del mundo lo que se contamina en su transporte hasta nuestras casas
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